domingo, septiembre 11, 2011

Escalera 3 - Danubio 2

BURROS

En un partido infartante, Escalera encontró milagrosamente un triunfo absolutamente inesperado. Gano con 2 goles en tiempo adicional, dio vuelta un partido que nunca se le debería haber complicado pero que aporta dos puntos valiosos en la búsqueda de una buena posición. El equipo jugo mal, especialmente el primer tiempo, pero de la mano de Matías "El burro" Bina, se llevo el triunfo. El análisis y ver que dejo el partido de cara al futuro va a ser muy importante.

No quizás por su trascendencia en instancias definitivas, o por la magnitud del rival, pero este partido quedará grabado en la historia de Escalera. Será esos partidos que, asado y vino de por medio, con 5,10,15 años más, mucha pansa y poco pelo diremos "te acordas ese partido que dimos vuelta en 2 minutos?" Porque fue así señores. Tremendo. Pero vamos al inicio.

Después de una derrota dura frente a un candidato como Cayejas, Escalera tenía en frente a la cenicienta del torneo. Danubio llegaba en la última posición y los ánimos de Escalera tendían a buscar no cierto alivio pero sí una importante cuota de esperanza de cara a la recuperación. Si bien es cierto que no hay que subestimar, que todos los partidos en el Golden son difíciles, que cuesta jugar, que no hay lugar para correr, este partido va a dejar la gigantesca enseñanza de que nunca un partido esta ganado de ante mano. La charla técnica estaba apuntada a no relajar al rival, a tomar el partido como una final hacia la búsqueda de los primeros puestos y a recordar que ningún deporte es menos previsible que el fútbol.

La derrota contra Cayejas y la necesidad de una rotación eran las motivaciones para mover algunas piezas en un once inicial que, gracias al tremendo compromiso "escaleriense", cada vez es más difícil conformar. Guzmán baja por cuestiones facultativas (Nota de E: El tipo se recibió, pero insatisfecho, sigue estudiando), Montironi Joaquín y Bertelli marginados por decisión de los técnicos (razones de rotación, no deportivas), más la suplencia de Fabretti y Gastón Montironi eran las modificaciones al once. Se apostaba por el crecimiento de Tillard, las ganas de Desumvila y Arguello y la calidad de Nadra.

Es inevitable pensar que ante el último equipo del torneo, que venía de recibir 9 goles en los últimos dos partidos, cada jugador imaginaba un partido disputado pero siempre favorable a Escalera. Pero en 15 minutos Danubio había metido tres pelotazos a las espaldas de la defensa de Escalera y había generado interesantes avances. El mediocampo no retrocedía y perdió con claridad la lucha de su sector. Los jugadores de Danubio tenían espacio para tocar, para meter pelotazos y también para llegar mano a mano con los defensores. Escalera se inquietaba. En ataque dependía exclusivamente de los embates individuales de Ripoll-Nadra-Montironi Matías. Pero su momento todavía no iba a llegar. Era Danubio el equipo más importante de los primeros minutos. Y para confirmar, el "9" rival tomo un rebote y de zurda, abajo, puso el 1 a 0.

El golpe le sirvió a Escalera reaccionar, levemente, pero reacción al fin. Matías se iba a empezar a encontrar con Nadra y el empuje individual de Ripoll iba a generar en ataque. De Perez y Desumvila acompañaban pero no encontraban "su" partido y Tillard estaba 2 segundos atrás de la jugada. Los 3 mejores jugadores del primer tiempo de Escalera iban a lograr la jugada del empate. Pelota de Ripoll para Matías, desborde a pura potencia, centro atras y en culpa compartida, 50% para Nadra y 50% para el defensor, llegó el gol de Escalera. Sin embargo, Danubio iba a dar una muestra de dominación y practicidad en ataque para jugar mejor y generar más en ese primer tiempo.

Escalera salió mas decidido al segundo tiempo. Tillard se asentó en la cancha, recupero su semblanza y empezó a recuperar como se pretendía de el. Nahas aportaba prolijidad en la banda derecha. Ripoll se hizo dueño de la pelota y como si fuera una maquina de tirar pelotas de tenis en un entrenamiento, empezó a asistir a los carrileros. Una para la derecha a Fabretti, una para la izquierda a Bina. Pum-Pum. Escalera encontró profunidad, pero no lo capitalizo en goles. El equipo llegaba por los dos costados pero fallaba en el último toque, ya sea en la precisión del centro de Fabretti o en la definición de Bina.

Pero el partido se había instalado de otra manera. Era el momento que Escalera necesitaba y gracias al gol de empate fabricado por la delantera, soñaba ahora con el triunfo. Mencionando a la delantera, en la segunda mitad no encontraron los espacios del primer tiempo y con un Danubio más defensivo, se le cerarron los caminos. Cuando Escalera iba e iba, cuando ya comenzaba a ponerse nervioso de solo pensar en otro partido sin ganar, iba a llegar un baldaso de agua fría-helada-congelada. Danubio NADA había hecho en los segundos 40 minutos y con un tiro libre desde la mitad de la cancha iba a conseguir la ventaja. Dama gritó "mía" pero no pudo hacerse del centro y se la dejo servida al 9. Posteriormente iba a declarar "la tenía controlada y el viento me la corrió. Tenía los guantes secos y cuando vi que se me escapo, la quise buscar abajo y ya lo tenia al 9. Me quería cortar la mocha (el miembro)".

7 minutos. 7 minutos quedaban donde el gol era un premio castigo para un empate que nunca se hubiese festejado. Escalera no dejo de buscar el gol. Aliaga, de buen ingreso para el área, intento de media vuelta pero se le fue alta. Los nervios empezaban a jugar y la desesperación no dejaba pensar. Repito: El empate ya de por si hubiese sido vergonzoso.

4 minutos. El arbitro levanto su mano y dijo "4 más". De esos 4, 1 se iba a consumir con una expulsión a un jugador del banco de suplentes de Danubio. Pensar en el milagro era imposible. Escalera había jugado una buena segunda mitad pero el olor a lasagna, perdón, hazaña, no se percibía.

Apareció un delantero irregular, a veces figura y a veces digno del primer cambio. Sin embargo, cautivado por De Perez, quien remarco su permanente "peligrosidad" y decidió dejarlo en cancha, este delantero iba a lograr parte del historico triunfo. Matias Montironi fue a pelear una pelota al muy fragil lateral izquierdo, y después de ganarla, se metio al area y de zurda puso el 2 a 2. Casi ni se gritó, solo un leve descargo de bronca ante un resultado que a nadie convencia. Pero inmediatamente después iba a llegar uno de los goles más gritados de la historia de Escalera.

Llegó al predio y cuando abrió la mochila se encontró con "Patologia estructural y funcional" de Robbins y "Clinica quirurgica: tratamiento de la oclusion intestinal" versión PIERO, más una manzana en una bolsa de super. Botines: no. Medias: no. Short: no. Canilleras: no. Papelón de dimensiones XL para un jugador con pretensiones de titularidad. Gastón Montironi tiene parte que ver en esta historia. Un 15% del mérito al brindar los botines. Entregó ese botín zurdo que tamaña alegría nos iba a dar.

Entró en el segundo tiempo, su partido iba camino a un 5 puntos. Mezclo profundidad, llegada y buenas intenciones pero dejo en las manos del arquero 2 mano a mano claros. Pero fue con fe a buscar ese preciso pelotazo de Ripoll. 40 segundos después del gol del empate, llegaba este mágico gol. El gol más parecido al gol de Burruchaga a Alemania en 1986 con una corrida interminable que definió con un sutil toque de zurda que posterior a tocar al palo, iba a besar la red. Matías "El Burro" Bina le daba el triunfo a Escalera. Camiseta al aire y tremendo festejo y ahora si, deshago del equipo.

Escalera regalo un tiempo, jugo mal y termino ganando un partido por el que nunca debió sufrir tanto. Danubio demostró que en el fútbol los términos "mejor" y "peor" son siempre relativos. Una victoria festejada, trabajada pero que no dejo a nadie con el sabor del conformismo. La hazaña y el seguir prendidos en el lote de arriba es lo que se festeja, pero todo Escalera sabe que de seguir así, el titulo de Campeon del Golden es hoy una proeza y no una posibilidad.


ESCALERA B: Mucho Glamour, poco juego.

Una de las cuestiones a tener en cuenta en la iniciación del equipo es la experiencia de sus jugadores. Y esa experiencia muchas veces se traduce en la vestimenta, equipamiento y demás indumentaria que rodean a un jugador. Motivados por el andar del equipos, muchos jugadores de Escalera B, de los cuales varios venían de una larguísima inactividad, se vieron sorprendidos por el inicio del campeonato y recién para esta fecha pudieron contar con el equipamiento adecuado, sobre todo, los botines.

Maxi Vittar no quizo romper la tendencia ochentosa de su placard y compró por Mercado Libre uno de los primeros ejemplares de los famosos "Puma Borrusia" (que no son los del Santi Furst, esos van derecho a un museo). Los compro usados por Mercado Libre a un viejo que había jugado en la primera de Sarmiento de Junin en el 83 pero se rompió los ligamentos y dejo el futbol con los botines casi sin uso. German Gonzalez fue a jugar el primer partido con unas zapatillas topper de lona y unas medias bajas. El que lo vio llegar, flaquito, petisito, con ese calzado a jugar a un torneo de fútbol 11 dijo "este pibe, mínimo, la habilidad de Messi". Y lo partieron en la primer jugada. Habida cuenta de tal circunstancia, uso el 2% de los honorarios de una ejecución prendaria para comprar unos interesantes Puma, de colores Verde y Azul y unas canilleras que le llegan a la rodilla. Pablo Diamante mando a pedir a Etiqueta Negra la confección de unos botines especiales y habría pagado (no es oficial) la suma de $3400. Estan hechos con cuero de carpincho. Agustín Romano se comio un buzon que le vendieron los de "New Sport" del Olmos y compro unos botines-zapatillas que también servirían para basquet. En el entrenamiento del jueves no se podía parar y prometió demandar a la empresa por la estafa. Aranda, coqueto, compró unos Nike blancos modelo 2013 y, como manager del club, estableció una normativa por la cual ningún jugador puede tener su mismo color de calzado, lo cual nos parece correcto. Morero estrenaba unos botines artesanales que sus padres compraron en su ultimo viaje en unas islas de Filipinas, donde 13 niños filipinos (ex empleados de Adidas) le cosieron el botín a medida y gusto. Borgioli adapto sus botines de Messi con tapones de alumnio para pisar comemocos en los ruck a una suela de plastico, permitida por el torneo.

Y así llegaron, de punta en blanco, a jugar el partido contra "Advance", un equipo conformado por empleados de un call center de barrio Jose Ignacio Diaz. La pinta de jugadores que tenían los integrantes de Escalera no se condicionó con el nivel de juego. Fue un desastroso 3 a 0. El equipo estuvo flojo en todas las líneas y Aranda prometió mano dura: "mucha ropa pero damos asco, sino entrenamos y le aflojamos a la joda esto se va al carajo, putos".




3 comentarios:

Anónimo dijo...

10 palos...

Anónimo dijo...

simplemente brillante...

Anónimo dijo...

jajajajajaaaaa, EXCELENTE