Escalera* FC

Decir que Escalera es un equipo ganador, cuando tiene 0 títulos en su haber puede parecer exagerado. Pero ese adjetivo no depende de los logros obtenidos sino de la actitud asumida. Escalera esta acostumbrada a ganar y encontrar el porque no es tarea sencilla.

El formato de la chacra (doble ronda de clasificación, pocos partidos) obligaba a jugar con calculadora en mano y no favorecía a Escalera. Año 2007 y 2008, Escalera tuvo sendos traspiés en partidos accesibles al comienzo del torneo que no permitieron jugar por el premio mayor. Pero hizo campañas formidables, ganó muchísimos partidos y llego a dos finales que perdió por absoluta desconcentración y falta de actitud. El 2009 encontró a un equipo con más experiencia, que sabía por antecedentes que no se puede regalar puntos. Esta vez, con concentración y actitud llegó a la final de un torneo que se le escapo de las manos, pero que lo dejo con la frente bien alta.

3 años con 3 finales, con una eficacia del casi 85% de puntos obtenidos hablan de un equipo ganador. Pero el dato curioso son los semestres siguientes a esas formidables campañas. Nunca se llegó a una semi-final de ningún torneo. La razón no la busquemos en otro lado que en la actitud del equipo. Nunca se jugó esos torneos con el 50% de la motivación de los primeros. Escalera se transforma en un equipo lleno de errores en defensa y sin ninguna idea en ataque.

Escalera no tiene tiki-tiki. Basados en la explosión ofensiva, la rapidez por llegar al arco y la diversidad en ataque, la construcción de un juego made in Barcelona o Angel Cappa queda de lado. El estilo ingles del “centro al 9” tampoco es recurrente. Casi no existen en los archivos goles de cabeza que vengan de una jugada en movimiento. El contraataque es el arma más fuerte del equipo.

La formula “ganadora” del equipo no se apoya en descollantes actuaciones individuales. Pocos son los partidos que han ganado jugadores solos. Agus Dama contra Barrio Parque en el 2007, Matías contra La Negra en el 2007 y Alva contra Toronja en el 2009 son los que se vienen a la mente. Es muy difícil encontrar un jugador que se destaque de manera sobresaliente por sobre el resto de sus compañeros.

La receta de tantos partidos ganados esta en la formación colectiva del equipo. Escalera tiene una estructura en donde todos sus jugadores saben lo que tienen que hacer. No solo eso, saben lo que puede dar el compañero, los puntos débiles y los puntos fuertes.

La estructura defensiva sufre hoy su punto más crítico en los últimos 3 años. Superados los problemas de centrales que aquejaron en el pasado (momentos de abundancia y momentos de carencias), el equilibrio de los últimos 3 años ofrecido por la muy buena dupla Pignata-Furst empezó a resquebrajarse. La irregularidad de los dos llevo a mostrar una falencia en la solidez del equipo: no había recambio para ese puesto.

El puesto más importante del fútbol, el “5” tiene su particular historia en Escalera. Paso por diferentes interpretes: Tillard, Furst, Guzmán y Gastardelli. De figura e indiscutido total en el 2007, el viaje a EEUU le dejo secuelas de imprecisión a Tomás que repercutieron en un bajo nivel en el 2008. La lucha por la competencia nació en el 2009 con la llegada de Gastardelli y la dicotomía Tomi-Bastar tuvo sus puntos altos y sus puntos bajos. En el 2009, no existía la posibilidad de elegir a uno: los dos la rompían. Pero esa lucha sin ganador individual (el que ganaba era el equipo) los venció moralmente y los dos arrancaron desmotivados por una pelea futbolística que parecía no tener fin. Hoy, el tomi se reencontró de 6 y viene respondiendo en base a sus principales cualidades: inteligencia y calidad física. Gastardelli empieza a soltarse y ya no es solo un 5 metedor. Poco a poco empieza a entender que dársela al compañero más cercano es lo único que exige el puesto. Furst, pese a los reiterativos problemas físicos rinde con más oficio que otra cosa. Ese oficio lo deberá llevar para transformarse en un “2” alternativo que no deje grietas en el equipo. Pignata-Furst-Guzmán deberán hacerse cargo de la defensa central del equipo.

Los dos jugadores imprescindibles para Escalera son Agustín Dama y hoy por hoy, Nicolás Pignata. Siempre Escalera fue un equipo duro defensivamente que terminaba concretando alguna situación arriba. Cuando Dama y Pignata están en cancha, Escalera empieza ganando.

Nunca Escalera tuvo un goleador. Jamás un jugador del plantel termino al menos entre los 5 goleadores del torneo. La diversidad, la variedad son la manera de lastima ofensivamente. Un día la figura puede ser Alva, otro Augusto o Matías. El gol a veces llega por izquierda con Gastón o por derecha con Gustavo. A ese cóctel hay que sumarle un nuevo gran refuerzo: Francisco “Panchito” Brusasca. Habilidoso e inteligente, asombró y con un gran nivel hoy ofrece una variante más que interesante arriba. Cuando uno piensa en los jugadores de arriba, Alva-Panchito-Dardo-Matías no puede dejar de imaginarse jugando instancias definitorias. Sumado a eso están Joaquín y ahora Mauri. Joaquín tiene casi todo para ser el 9 de Escalera, pero demostró que todavía esta verde. Arranco con un gol de cabeza y un golazo de afuera del área a un ángulo. Después cayó en un pozo de errores infantiles que repercutieron en una baja en su nivel. No nos apuremos, cuando tenían su edad (18 años) los integrantes de Escalera se comían 4 goles por sábado. Sus goles ya van a venir, tiempo al tiempo. Mauri, sumergido en su eterna displicencia ofrece esa calidad en la definición que siempre sorprende cuando ya no debería sorprender. Su aporte esta siendo valioso y más cuando su estilo de juego lo pueden llevar a colaborar en el mediocampo como carrilero.

Y volvemos a lo mismo de siempre. Escalera jugando la primera parte del año, ganando mucho y soñando bastante. Depende muchísimo de que pueda mantener la estructura que lo hizo fuerte y de la actitud y concentración que muestre cada partido. Nadie asegura el éxito pero jugando así, Escalera es un equipo ganador.