En mi caso particular la idea del viaje empezó por otro lado del planeta, pero como fanático de la nieve y la montaña decidí encarar para estos lados. Yo vine de vacaciones, o sea que el trabajo es sólo para costearme la estadía y, obviamente, comprarme una serie de cosas que tientan mis sentidos.
Pero bueno, encaremos una crónica de lo que hasta ahora fue la visita a EEUU. Llegamos el 16 de diciembre a Denver, donde nos esperaba una van alquilada para recorrer durante unas 5 horas un increíble autopista entre montañas hasta la ciudad de Basalt, situada a unos 32 km. de Aspen, donde se encuentra la acogedora vivienda que nos hospeda. La casa tiene tres dormitorios y tres baños para los 8 sudacas que la habitamos más que cómodamente.
Todos trabajamos para Aspen Skiing Company, la empresa concesionaria de los cuatro centros de ski que hay por la zona, Aspen Mountain, Aspen Highlands, Buttermilk y Snowmass. Salvo Romi, la hermana del Zorro y Bolla que trabaja en Buttermilk vendiendo pases y clases de ski, el resto estamos en Snowmass. Claro que hay segundos trabajos y demás. La Mika atiende en una cafetería (Starbucks) en Aspen, el Zorro y el Demi son “servers” en restaurants de Aspen, el Bolla hace de bellman en una hotel 5* de Snowmass y el resto disfrutamos, o no, de las tardes cuando salimos de trabajar y los francos, además de hacer algunas changuitas que nos tiran entre 100 y 200 verdes en una noche como ser valet parking, mozo de algún catering en fiestas privadas, etc.
Es dura la vida del cheto. Nos levantamos entre las 6:00 y las 6:30 para tomarnos el colectivo hasta Snowmass. Volvemos a casa, los que no trabajan de tarde, tipo 5 de la tarde y, de ahí hasta la noche, comemos, jugamos al play o nos aburrimos mal a tal punto de querer volvernos a nuestra Córdoba querida. Bueno, al menos eso me paso a mí. La verdad que esto está muy bueno pero para venir de vacaciones unos buenos días y chau, el Gato opina más o menos así también… no volvemos más. A mi particularmente lo que me pasó fue que trabajé casi 20 días sin franco y no puede disfrutar de la nieve, cuando volvía a casa me aburría y EEUU no me ha gustado mucho. Esa suma de cosas me tiraron abajo el viaje un poco, pero ahora está cambiando…ayer me subí a un snowboard por primera vez desde que llegué. Dicen que tarda un poco en ponerse bueno para los que vienen por primera vez.
Y bueno, que más decir… la plata a esta gente le sobra, ya no le asombra a nadie ver un Hummer H3, una Cadillac Escalade, o que las calles de Snowmass estén calefaccionadas para que no se forme hielo.
Ya vendrá la segunda parte…
Saludos a todos, se los quiere y extraña.
Gon
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