Para seguir prendidos...
Con el objetivo de no perderle pisada al puntero (La Negra), Escalera tenía que ganar contra un rival que había perdido en su primera presentación. Escalera ganó merecidamente, pero sin desplegar todo su potencial. Morero y Matías, con dos lindos goles anotaron para Escalera que por momentos tocó como la hinchada quiere.
La consigna era no perder puntos. San Javito no se perfilaba como un rival de peso dentro de la zona y era por ello que Escalera no podía darse el privilegio de dejar puntos como ya había pasado con Vacaro.
13:30 hs. Escalera empezaba el partido en una cancha de vergonzosas dimensiones. La necesidad facturar a diestra y siniestra por parte de los organizadores obliga a jugar en estas canchas donde el fútbol se vuelve totalmente reducido. Sin embargo el equipo no iba a notar este factor en el comienzo.
Viento a favor, viento en contra. Salteada la primera complicación de Escalera, el equipo salía a definir el partido en el primer tiempo. El viento jugaba para Escalera y el equipo no tenía que relajarse ni esperar: tenía que morder al rival antes de que se diera cuenta.
Un par de minutos fueron necesarios para que Tomas Guzmán habilitara con precisión de cirujano a Mauricio Morero que picó en el momento justo. Mano a mano de entrada y a cobrar. Un zurdazo con la suficiente potencia y precisión para que el plan estratégico trazado por Escalera comience a funcionar.
La defensa de Escalera se paraba entre la mitad de la cancha y el arco defendido por Agustari. Lo mismo hacía San Javito y eso obligaba a que el partido se desarrolle en 30 metros. Las pelotas de San Javito volvían siempre a los pies de Escalera que atacaba con pelotazos profundos tratando de sortear los offside.
Después de una seguidilla de 5 offside seguidos, Escalera empezaba a ver como la formula del primer gol no iba a funcionar siempre. Pero el que pega primero, pega dos veces. Matías Montironi, atento y vivo, transformó un mal saque del arquero de San Javito en una impresionante patada de 35 metros que se metió por arriba del arquero.
La consigna era no perder puntos. San Javito no se perfilaba como un rival de peso dentro de la zona y era por ello que Escalera no podía darse el privilegio de dejar puntos como ya había pasado con Vacaro.
13:30 hs. Escalera empezaba el partido en una cancha de vergonzosas dimensiones. La necesidad facturar a diestra y siniestra por parte de los organizadores obliga a jugar en estas canchas donde el fútbol se vuelve totalmente reducido. Sin embargo el equipo no iba a notar este factor en el comienzo.
Viento a favor, viento en contra. Salteada la primera complicación de Escalera, el equipo salía a definir el partido en el primer tiempo. El viento jugaba para Escalera y el equipo no tenía que relajarse ni esperar: tenía que morder al rival antes de que se diera cuenta.
Un par de minutos fueron necesarios para que Tomas Guzmán habilitara con precisión de cirujano a Mauricio Morero que picó en el momento justo. Mano a mano de entrada y a cobrar. Un zurdazo con la suficiente potencia y precisión para que el plan estratégico trazado por Escalera comience a funcionar.
La defensa de Escalera se paraba entre la mitad de la cancha y el arco defendido por Agustari. Lo mismo hacía San Javito y eso obligaba a que el partido se desarrolle en 30 metros. Las pelotas de San Javito volvían siempre a los pies de Escalera que atacaba con pelotazos profundos tratando de sortear los offside.
Después de una seguidilla de 5 offside seguidos, Escalera empezaba a ver como la formula del primer gol no iba a funcionar siempre. Pero el que pega primero, pega dos veces. Matías Montironi, atento y vivo, transformó un mal saque del arquero de San Javito en una impresionante patada de 35 metros que se metió por arriba del arquero.
El viento hacía funcionar a Escalera viento en popa. Pero San Javito iba a reaccionar. Una jugada asilada iba a permitir a un delantero rival vencer a Agustari. Un zurdazo con cara externa se iba a abrir ayudado por el viento y se metía por el primer palo. A partir de ahí Escalera iba a entrar en su peor momento del partido.
San Javito comenzaba a atacar y Escalera parecía intimidarse. San Javito llegó en dos o tres ocasiones más y Escalera se preocupaba. El resurgimiento del que parecía totalmente muerto (San Javito), generó que Escalera descuide el ataque y así se fue el primer tiempo.
El partido era una incógnita. Escalera había dejado de tener el control del juego y cualquier cosa podía pasar en el segundo. Arrancó así la segunda mitad, que no iba a ofrecer mucho.
San Javito tenía una solo vía de ataque: Pelotazo del arquero para que alguna falla de la defensa de Escalera le permita a San Javito empatar. La fórmula fue perfectamente neutralizada por Escalera y nunca funcionó. Pero de una pelota parada San Javito parecía llevarse el buscado punto.
Apareció Agustari. Sin sobresaltos hasta el momento, tapo una pelota formidable para aguantar el resultado. Y Escalera convivió los últimos minutos con un agotado equipo rival.
Cansado, San Javito empezó a ver como la pelota le daba vueltas alrededor. Escalera, equipo acostumbrado a la velocidad y el virtuosismo, le sumó a su estado físico un buen juego colectivo. Pases cortos, delantero y mediocampistas tocaron y utilizaron un arma que había que usar dado que la cancha no daba para correr.
Y así, tocando y tocando, Escalera consumió los minutos finales y ganó el partido. Y así, Escalera acaricia la punta de la tabla de la zona 3. Una zona que va a deparar muchas batallas, pero en la que el equipo no desentona.
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